Friday, March 19, 2010

Amarena y una tarde de descanso inmerecido

Ayer pasé una tarde completa con Morfeo, retorcida entre libros y papeles que se despertaron arrugados y arruinados. El hielo del viento pasó por mi cuarto gritando en mi piel y no reparé en él. No hay un solo segundo en mi memoria, cada vericueto oscuro de los sueños desconocidos son como los bordes borrosos de figuras inexactas, que danzan entre mis sinapsis cuando no hay ruido ni hay silencio. ¿Quién es ese que espera al fondo del túnel? No ríe ni llora, solo mira a mis ojos y me dice que me despierte, que vuelva a la realidad y asuma la vida que decidí tomar hace tiempo. No hay vuelta atrás.
Hoy vi claramente que las sonrisas y las tardes que compartimos no fueron más que una forma sin sentido de perder el tiempo al lado de alguien. Esos abrazos eternos en mi son efímeros para ti...
Futuro que trae cruces que ansío cargar, días que se converirán en recuerdo muy pronto. Sueños como fetos y pasos a medio dar. Caminos que cruzar  y piedras con las cuales tropezar, sabores y esencias que me recordarán esos vacíos entre tus brazos.
Mañana se escribirá con la tinta del momento--
Siempre caminando hacia adelante.